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Wendy Segura. Periodista, Museo Nacional de Costa Rica
C. [email protected]
Medio De Difusion: Internet/Digital

País: Costa Rica
Idioma: Español


esferas patrimonio mundial comunidad

Francisco Vidargas: “La capacitación técnica acerca de los sitios debe de permear hasta las comunidades”

2015-09-10
En junio del 2014, Costa Rica se posicionó en el mapa de la arqueología mundial. Fue en la madrugada del 23 de junio, cuando en Catar la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) elevó a 4 sitios con esferas de piedra del Diquís –zona sur de Costa Rica- a la categoría de patrimonio mundial.
 
Este momento representó la culminación de un proceso, pero a su vez el inicio de un largo camino y una enorme responsabilidad para conservar estos sitios y sobre todo el “valor universal excepcional” que vio en ellos el ente consultivo para darles esta distinción.
 
Poco después el Museo Nacional recibió una serie de recomendaciones por parte de la UNESCO para mejorar y mantener estos sitios, entre ellas, realizar un estudio de impacto patrimonial en los cuatro sitios (Batambal, Grijalba 2, El Silencio y Finca 6), es así como a través de un convenio bilateral Costa Rica –México, durante la semana del 31 de agosto al 5 de septiembre visitaron el país la señora Verónica Ortega, subdirectora técnica del sitio arqueológico de Teotihuacán y el señor Francisco Vidargas subdirector de Patrimonio Mundial en México.
 
“Venimos a hacer un acompañamiento técnico, pues México tiene una trayectoria larga en materia de sitios patrimonio mundial y los procesos del Comité de Patrimonio Mundial” aclaró Verónica Ortega.
 
Según Francisco Corrales, arqueólogo del Museo Nacional y coordinador del proyecto de candidatura “cuando se da la declaratoria hay una serie de recomendaciones que da el Centro de Patrimonio, entre ellos un estudio de impacto patrimonial, con una novedosa metodología de evaluación que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) implementó. Tanto Costa Rica como otros países estamos aprendiendo a utilizarla y casi como inventando  y probando la fórmula”.
 
La visita de Vidargas, Ortega y un equipo de expertos del Museo Nacional en materia de arqueología, conservación y proyección inició con la inspección a los sitios arqueológicos y a las comunidades aledañas. Diagnosticar proyectos en la zona, el contacto con las comunidades, el gobierno local y las fuerzas vivas del lugar.
 
“Fue grato ver como la gente reacciona positiva cuando ven al museo. El trato, eso es un perfecto termómetro que dice que se está trabajando bien, con sinergia, hay una relación muy cercana, muy estrecha y eso es garantía de que se están haciendo bien las cosas”, apuntó Vidargas.
Ambos profesionales coinciden en que el trabajo con las comunidades es un elemento muy importante, pues son ellos (las comunidades) los primeros en estar en contacto con el bien patrimonial y de ahí desarrollar un tejido de beneficio mutuo entre el sitio y la comunidad.
 
Deben de conocer e interiorizar los beneficios de turismo sostenible, ecoturismo y mucho proyectos que se puedan desarrollar en torno a la conservación del patrimonio, su salvaguardia y siempre bajo el mandato del Estado como primer responsable.
 
“La capacitación técnica acerca de los sitios debe de permear hasta las comunidades, deben de saber cómo valorar, manejar y difundir ese patrimonio” puntualizó Vidargas. 
 
Los bienes culturales y naturales ya no deben de ser vistos como una barrera para el desarrollo, sino como un aliado, que brindan diferentes oportunidades  turísticas  donde la comunidad esté involucrada. “Es importante que desde niños conozcan el valor de lo que tienen y lo potencialicen de manera directa o indirecta, pero que se den cuenta que es más positivo tenerlo que no tenerlo y en este proceso se debe mucho a los jóvenes, porque son ellos a quienes les tocan trasmitirlos” explicó Verónica Ortega.
 
Proyecto país
Para el tema específico de sitios patrimoniales bien se puede acuñar la frase de que Costa Rica se encuentra en pañales. Estos  sitios y su candidatura son un proyecto nuevo que se va abriendo camino y en el cual debe haber un involucramiento del Gobierno no solo en el sector cultura, sino también en el sector medio ambiente, turístico, cultura y crear consensos para que todos trabajen por el bien común. “La construcción del patrimonio en proyectos a largo plazo, no son inmediatos o de mediano plazo, tiene que haber una visión y planificación a largo plazo”, añadió Vidargas.
 
El experto insistió en que el progreso y los sitios patrimoniales deben de ir de la mano. Las empresas que encabezan proyectos en la zona y los gobiernos locales han manifestado la importancia de estos sitios y la disposición de colaborar para que los proyectos que se llevan a cabo en las zonas cercanas no riñan con los sitios con esferas.
 
Ortega reconoció que “Costa Rica tiene muy bien aprendido el tema de la conservación natural y está aprendiendo muy bien acerca de la conservación patrimonial y creo que esto sentará las bases para una política nacional que posicione o reposicione la parte cultural, una sinergia (cultura- naturaleza) que puede traer muchos beneficios a futuro”, además añadió que “la gestión que este país ha tenido en la parte natural ha marcado pauta y si siguen la misma fórmula en la parte cultural el éxito está asegurado. La planeación es lo básico”.
 
Retos y más
Obtener esta candidatura trajo para Costa Rica el reconocimiento mundial, prestigio, satisfacción pero a su vez grandes retos que hay que cumplir, mantener abierto el sitio Finca 6, pero a su vez conservar y poner en valor los sitios El Silencio, Batambal y Grijalba 2 son solo parte del trabajo que viene detrás del 23 de junio del 2014.
 
Para Vidargas los retos son en varios ámbitos,  “lo más importante es que éste tiene que ser un trabajo multidisciplinario, es un bien patrimonio mundial que implica el involucramiento de muchas disciplinas. El museo cuenta con arqueólogos, biólogos, conservadores, restauradores, pero este proyecto desborda el ámbito de los expertos del museo, debe de permear al Ministerio de Turismo, Ambiente, oficina UNESCO San José, ICOMOS  y Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), a las universidades y autoridades gubernamentales y locales. Debe de ser una política nacional integral para los bienes patrimonio mundial”.
 
Finalmente, tanto Vidargas como Ortega recomendaron darle un tiempo margen a los sitios, no abrirlos al turismo hasta consolidar una serie de temas y trabajos de investigación y conservación, reforzar estos aspectos en el sitio que ya está abierto (Finca 6) y buscar cumplir con el proyecto de UNESCO de patrimonio mundial y turismo sostenible, que marca pautas”.
 
“El camino está dado por parte de las autoridades costarricenses, pero bajo condicionantes muy específicas. Hasta el momento hay cuestionamientos que se van a aprender en el camino, a veces no prevemos las capacidades reales de turismo y un exceso puede afectar, pero es importante mantener eso en el radar para corregirlo a tiempo y reencausar y corregir el camino”.
 
 


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