Este es un período, del Tiempo Geológico, que se divide en dos épocas: Pleistoceno y Holoceno.
El Pleistoceno, que se extiende desde hace unos 2,5 millones de años hasta hace unos 11700 años, se caracteriza por incluir una serie de glaciaciones y períodos interglaciares. Una glaciación consiste en una fase de clima frío, en la que grandes extensiones del planeta quedan cubiertas por glaciares y nieve, lo que causa, a su vez, el descenso en el nivel del mar debido al congelamiento de grandes cantidades de agua. Por el contrario, durante los períodos interglaciares el clima se vuelve más cálido y el nivel del mar asciende.
La cordillera de Talamanca, por su parte, alcanzó su emplazamiento y configuración actual y continuó con su proceso de erosión intensa. Las glaciaciones más importantes dejaron sus huellas en los picos de mayor altura, como en el caso del Chirripó y del Kámuk.
Los abanicos aluviales del piedemonte de Talamanca entrarían en el apogeo de su desarrollo, especialmente durante las interglaciaciones.
En el Holoceno, es decir, desde hace unos 11700 años hasta el presente, los procesos de erosión y sedimentación continuaron y su acumulación, tanto en el piedemonte como en el litoral, obligó a que el río Grande de Térraba cambiara varias veces de curso. A la vez, se alcanzó la configuración actual del delta del Diquís, al establecerse el equilibrio entre el aporte continuo de sedimentos provenientes del continente y los procesos erosivos en el litoral causado por la acción de las mareas, el oleaje y de las corrientes marinas.
El delta de Diquís presenta un espesor de alrededor de 80 a 150 m de sedimentos, depositados durante su desarrollo dinámico. Su basamento se considera formado por rocas de la Formación Térraba. De acuerdo con las tasas de sedimentación actuales y considerando este espesor, se puede deducir que la edad del delta es de al menos 7000 años antes del presente.
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